jueves, 15 de septiembre de 2011

"Me voy..." dijo él.

En ese momento ella creyó oír algo. Quizá era su imaginación. Quizá fue una copa caerse y estalla en mil pedazos. O simplemente quizá fue su corazón.
Él tomó su cara entre sus manos, la miro a sus ojos -sus bellos ojos chocolates-, dio media vuelta y comenzó a marchar. No se volvió a verla, siquiera cuando ella gritó un desgarrador "¡No te vayas!"...

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